Al irrumpir como un brazo armado del Cártel del Golfo, “Los Zetas” exclusivamente estaban conformados por ex militares, pero al terminar su sociedad integraron al grupo delictivo a personas dedicadas a diferentes actividades.

Documentos de inteligencia detectaron que entre las células de la organización criminal sobresalía una donde sus participantes eran exclusivamente mujeres.

El grupo recibió el nombre de “Las Panteras” y varias de sus integrantes se encargaron de labores como corromper autoridades e incluso activamente en acciones como la matanza de San Fernando.

Las autoridades definieron el perfil de las afiliadas a la célula: las preferían jóvenes (18 a 30 años), venían de familias de escasos recursos y sus estudios máximos son de secundaria.

A las mujeres que invitaban a integrar a “Las Panteras” se les adiestraba en el uso de armas y hacen trabajo de publirrelacionistas.

Nombres como Adriana Guadalupe Medina Galván; María de los Ángeles Ponce Razo; Alicia Tapia Corral; Juana Flores Mendoza; Jovana Susana Cruz; Yesenia Yanet López Romero; Claudia Valeria Fuentes Martínez, “La Popis”; Julieta Maricela Almaguer Reyes y Fabiola Saray Díaz Arroyo, alias “La Muñeca”, fueron relacionados con las narcofosas en Tamaulipas.

Todas ellas fueron detenidas y otras como Mayra Esther Ramos Cortés; Ana Janete Reyes Martínez; Adriana Chávez Salazar; Elena Enríquez Escandón; Yudith Adela Ochoa Marmolejo; Dinora Miriam Pérez Alvarado, alías “La Marrana”; Guadalupe Hernández Ibarra y María Guadalupe Galván Hernández, fueron capturadas por el Ejército por presuntamente participar en operaciones del Cártel e incluso ser responsables de plazas en los estados de Guanajuato, Hidalgo y Puebla.

El éxito de “Las Panteras” llegaba cuando sus jefes les encargaban ser escoltas de los principales capos del Cártel del Golfo.

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