Un terremoto de magnitud 7,5 golpeó la mañana del miércoles cerca de la costa de Taiwán, desencadenando alertas de tsunami en la región y las islas del sur de Japón. Según informes de las autoridades, el sismo causó al menos una muerte y dejó a 50 personas heridas, mientras que se reportaron daños materiales significativos en diversas áreas.
Las autoridades de Japón, Taiwán y Filipinas emitieron alertas de tsunami poco después del terremoto, instando a los residentes a evacuar las zonas costeras y tomar precauciones adicionales. Aunque se redujeron algunas alertas con el tiempo, se enfatizó la importancia de evitar las áreas costeras hasta que se levantara por completo la advertencia.
En respuesta al desastre, tanto Taiwán como Japón activaron sus protocolos de respuesta a emergencias. En Taiwán, el alcalde de Taipéi declaró nivel dos de emergencia para coordinar las operaciones de socorro, mientras que en Japón se movilizaron recursos para hacer frente a la situación.
El impacto del terremoto se sintió en la infraestructura local, con el colapso confirmado de al menos dos edificios en la región y reportes de personas atrapadas bajo los escombros. Además, se suspendieron temporalmente las operaciones del metro en varias ciudades taiwanesas debido al temblor.
Este terremoto es un recordatorio de la constante amenaza sísmica que enfrentan regiones como Japón y Taiwán debido a su ubicación geográfica. A pesar de las estrictas normas de construcción y los protocolos de evacuación implementados en la región, los eventos sísmicos siguen representando un desafío para la seguridad y la infraestructura local.