Cómo si fuera un milagro del Santo Cristo, dentro del novenario en su honor, hace tres días, regresó a la Catedral de Santiago, una de las dos lámparas que desaparecieron hace más de un año, el último regalo a este recinto religioso de las hijas de don Guillermo Purcell.
Desde hace más de un año, durante los trabajos de Paseo Capital, las dos lámparas que adornan la rejas que delimitan este emblemático edificio, desaparecieron de las columnas que la sostenían, sin que nadie supiera quién y como se las llevaron.
Las 19 lámparas se encontraban en las columnas que sostienen el barandal, pero durante más de un año, dos de ellas desaparecieron.
Sin embargo, durante los primeros días del arranque del novenario, una de las dos piezas desaparecidas, llegó nuevamente de la misma manera en que se fue.
Es decir, de repente apareció en el lugar que le correspondía, sin que nadie hubiera registrado como llegó.
Se espera que de esta misma manera, se pueda recuperar la pieza faltante, pues la columna donde debería estar, aún se encuentra vacía.