Eloisa “Chacha” E. Rodríguez, una querida madre, abuela, bisabuela y amiga, falleció pacíficamente el 12 de octubre de 2024 en Arlington, Texas, apenas una semana antes de cumplir 86 años. Nació en Torreón, Coahuila, México, el 19 de octubre de 1938, aunque creció en Parras, Coahuila, la ciudad natal de su amado padre, que sus antepasados ​​maternos fundaron en 1597. Chacha vivió una vida llena de amor, alegría y recuerdos preciados.

Chacha era conocida por su naturaleza tranquila y relajada. Poseía una increíble cantidad de paciencia y nunca se quejaba, sin importar las circunstancias. La familia era el centro de su mundo y encontraba alegría al recordar sus días de infancia en México, a menudo compartiendo historias y chistes que hacían sonreír a todos. Esas historias eran una conexión preciosa con el pasado, que mantenía viva la historia de su familia.

Chacha amaba profundamente la música; Frank Sinatra, Kenny Rogers, Glenn Miller Band, Vicente Fernández y piezas clásicas de Beethoven y Chopin llenaban su hogar a menudo; con el rock ocasional que sus hijos amaban. Disfrutaba de los placeres simples de la vida tomando café, bailando, mirando televisión y pasando tiempo con sus seres queridos. Su risa y su presencia hacían que fuera un placer estar a su lado.

Chacha era una cocinera talentosa y era especialmente conocida por sus pasteles y repostería, que horneaba con amor y compartía con su familia y amigos. También le apasionaba tejer a crochet y encontraba consuelo en crear hermosas mantas a mano. Su amor por el color azul se reflejaba en gran parte de lo que hacía.

La fe jugó un papel central en la vida de Chacha. Encontró paz en la lectura de la Biblia y se apoyó en su fuerte base espiritual durante toda su vida. Su tranquila resiliencia y fortaleza fueron una fuente de inspiración para su familia, que siempre recordará su amor inquebrantable, su fortaleza y su espíritu sin quejas.

El recuerdo de Chacha vivirá en los corazones de su familia, que extrañará profundamente las conversaciones, las risas y la alegría que trajo a sus vidas. Aunque ya no está físicamente con nosotros, su espíritu seguirá guiando e inspirando a quienes la conocieron y la amaron.

Descansa en paz, Chacha. Te extrañaremos y amaremos por siempre.

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